Marruecos 2023 – Antecedentes
Principios de noviembre 2019: Compro los billetes del Ferry a Marruecos para la Semana Santa de 2020.
Este hecho marcaba el punto de no retorno del que sería nuestro regreso a Marruecos en moto.
Ese año había hecho mi primera incursión en el país vecino durante cinco días a través de Kalandra-K, agencia de viajes en moto especializada en Marruecos, a un precio promocionado por Suzuki extremadamente irresistible.
Allí había recorrido parte del país durante la Semana Santa con mi V-Strom que apenas tenía unos meses. Viaje que sirvió para hacer la puesta de largo de este blog y que quedó retratado en la serie de seis artículos llamados “Marruecos en moto”.
“De aquellos polvos vienen estos lodos” como suele decirse.
El viaje me había dejado un sabor agridulce. Por un lado, era la primera vez que hacía incursión con la moto fuera de España y el choque cultural con el país vecino me dejó francamente impactado, para bien, tanto como para querer volver. Por otro lado, el hecho de comprimirlo en cinco días y de ser un grupo numeroso de motos, unas 27 creo recordar, tuvo los inconvenientes de tener que hacer muchos de los kilómetros a toda pastilla sin tiempo para disfrutar lo suficiente y de que algún que otro imbécil, más que de turismo, parecía que querían ganar el primer premio de Moto GP, lo que me llegaría a molestar en reiteradas ocasiones durante todo el viaje.
A la vuelta lo tenía claro, “quiero volver”, pero esta vez por mi cuenta. A mi ritmo. Ya le he perdido el miedo al país vecino y quiero volver a vivir la experiencia, pero con más calma y poder disfrutar de mi moto, del contraste de paisajes, cultura, gastronomía y sus gentes que ofrece Marruecos. Quiero hacer el viaje según sus cánones “amigo, la prisa mata”.
Sólo tampoco me gusta viajar en moto pues nunca se sabe lo que te puede pasar, al menos algún amigo tendría que reclutar para este viaje.
Uno lo tenía claro, Fernando tenía que venir sí, o sí, dado que en el anterior viaje por un trágico percance se quedó a las puertas de subir al Ferry y esa putada que le jugó el destino había que resarcirla.
Entre tanto, Gabriel, al que conocí en el primer viaje a Marruecos y con el que había congeniado muy bien a la vez que mantenía un estrecho contacto por WhatsApp desde entonces, también estaba dispuesto a repetir, y por los mismos motivos que yo. Además, quería que su hijo Rafael lo acompañara de copiloto en esta aventura.
En la recámara quedaba un cuarto viajero que, con su recién estrenada V-Strom, también le apetecía mucho emprender esta aventura. Miguel Ángel, al que conocí hace años a través del Club Burgman y con el que he recorrido cientos de kilómetros juntos a lomos de aquel maxi scooter y ahora con la V-Strom, y que también habéis visto aparecer muchas veces en este blog, se uniría a la expedición por Marruecos. Además, quería compartirlo también con su hija Andrea, curtida en viajes mochileros con su pareja por medio mundo, y con la que guarda una estrecha relación padre-hija digna de mencionar.
Tras el verano del 2019 el grupo había quedado cerrado y ya estábamos realizando los trámites para ver los recorridos, hoteles, Ferris, seguros y demás pormenores del viaje.
El tráfico de mensajes por WhatsApp durante los largos meses que transcurrieron forma parte del viaje en sí. Es la forma de mantener viva la ilusión del viajero mientras prepara todo lo necesario para la partida.
Con todo claro en fechas y forma llegamos a principios de noviembre. Aún nos quedaban cinco meses por delante para hacer el viaje, pero en Semana Santa Marruecos se convierte en un destino turístico muy popular para media Europa, y no queríamos quedarnos sin hoteles o billetes de Ferry.
3 noviembre 2019
Compramos los billetes del Ferry. Nos picaba el culo, no me cabe duda. Muchos meses hablando del viaje y no podíamos esperar más para atar cabos.
Este hecho de por sí marcaba un punto de inflexión y de no retorno. Con los billetes del Ferry en la mano, salvo causa mayor, el viaje estaba asegurado.
29-12-2019 Primeros casos de COVID en China
Es la primera vez que oímos hablar en televisión del puto bicho que marcaría el destino de nuestro viaje. Había aparecido en China y, de momento, como que no iba con nosotros. ¡Pobres ingenuos!
31-01-2020 Primer caso COVID en España
Ya hacía un mes que las noticias de todos los medios de información solo tenían un titular “El COVID 19”. Su expansión en un mes parecía no tener freno y en China ya habían confinado en sus casas a millones de ciudadanos.
Creo que fue en esta fecha en la que ya empezamos a preocuparnos ante la situación de que el puñetero bicho nos jodiese el viaje, aunque, de momento aquí aún no había confinamientos, pero la intensidad de las noticias en los medios iba en aumento y además en tan poco tiempo ya se hablaba de él de forma global, y no sólo en China.
Nosotros seguíamos a nuestro rollo organizando los preliminares del viaje:
- Revisión de la moto: pasada.
- Neumáticos: de estreno para la ocasión.
- Listado del equipaje: hecho.
- Listado de medicamentos: hecho.
- Equipaje de moto viejo: renovado.
- Cálculo de los euros que deberíamos cambiar en el país: hecho.
- Kit repara pinchazos: comprado.
- Compresor para inflar ruedas: preparado.
- Bridas: en la moto.
- Cinta americana: también.
Y así una larga lista de preparativos para cubrir cualquier percance que pudiéramos tener en el país vecino.
26-02-2020 España eleva el riesgo de bajo a moderado
¡A ver si al final se nos van a joder el viaje!
La cosa ya estaba complicada en medio mundo y aquí nuestros políticos se tomaban el tema con cierta prudencia para no alarmar a la población, pero las noticias constantes en la prensa sólo hacían presagiar lo peor.
Estamos a mes y medio de realizar el viaje, los medios nos están amargando la vida, pero seguimos manteniendo la esperanza. Total, aquí no hay confinamientos, ni en Marruecos tampoco. ¿Qué podría impedir que partiéramos?
12-03-2020 Gobierno recomienda cerrar todos los colegios unos días
¡No me jodas! Cuando las barbas de tu vecino veas cortar pon las tuyas a remojar.
Nuestros vecinos italianos estaban ya confinados con miles de casos de COVID por todo el país. Los casos en España ya se habían disparado también.
Le estábamos viendo las orejas al lobo a menos de un mes de partir. Ahora sí que en el grupo de WhatsApp había preocupación y ya hablábamos de las posibilidades que teníamos de que, después de tanto tiempo organizándolo, hubiera que cancelarlo.
El bajón moral que en esos momentos estábamos sufriendo estaba mermando nuestros ánimos por horas. Ahora sí que nos quitaba el sueño. Ahora sí que todo se estaba precipitando al vacío a un ritmo muy acelerado para nuestros sueños de viajeros aventureros.
13-03-2020 Marruecos cierra fronteras
¡A tomar por culo el viaje!
No nos había dado tiempo a reaccionar de un día para otro. La conmoción fue tal que aquella noche y siguientes no podría dormir, y no era precisamente por el miedo al COVID, que a estas alturas aún muchos expertos se empeñaban en decirnos que, a pesar de las implicaciones, no dejaba de ser una gripe, pero más fuerte. Eso sí, a los abueletes se los cargaba de un plumazo, a cientos por día.
Ya no había nada que hacer. Ni ilusiones, ni ánimos, ni leches. Un año de preparativos tirados por la borda por el puto bicho.
Este había sido, sin duda, un golpe muy duro de asimilar. Nuestra preocupación ahora era ver cómo podíamos recuperar el dinero de los billetes pagados.
14-03-2020 Se decreta el confinamiento en España
Sin darnos tiempo a respirar, España decreta el confinamiento de la población. Ese 14 de marzo nos quedaríamos casi todo el mundo en casa con tal incertidumbre que ninguno atinábamos a saber si la hecatombe era producida por un virus, una guerra o a saber que puta conspiración mundial nos había encerrado en casa, y ni por cuánto tiempo.
Todo estaba perdido. El viaje a Marruecos se había ido al carajo en apenas unos días.