La batalla de las Navas de Tolosa

La batalla de las Navas de Tolosa

Ayer dejábamos la Sierra del Segura, las Villas y Cazorla para dirigirnos en esta segunda etapa a conocer parte de la historia de nuestra España en lo que fue la batalla que marcó el inicio de la Reconquista. La batalla de las Navas de Tolosa.

Para poner un poco en contexto la historia de hoy donde recorreremos el desfiladero de Despeñaperros en ambos sentidos diremos que la batalla de las Navas de Tolosa fue una crucial victoria cristiana sobre los almohades ocurrida en 1212 cerca de la localidad de Santa Elena, en la provincia de Jaén. Las fuerzas combinadas de los reinos de Castilla, Aragón y Navarra, bajo el mando de Alfonso VIII, derrotaron al poderoso ejército almohade, dirigido por Muhammad al-Nasir. Este triunfo representó un punto de inflexión en la Reconquista, consolidando el dominio cristiano en gran parte de la península ibérica.

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Ya en el artículo de ayer nos fotografiamos en el monumento a la batalla de las Navas de Tolosa, situado en La Carolina, a unos diez minutos de Santa Elena donde hicimos noche en el Camping de Despeñaperros.

Nos levantamos temprano y desayunamos en el hotel que hay saliendo del camping ya que pillamos el bar del camping de reformas para la temporada de verano. A continuación cogimos las motos para adentrarnos en los escasos 11 kilómetros que transcurren por el desfiladero. Utilizamos para ello la antigua y sinuosa nacional IV. Sobre esta y a una altura considerable, vamos atravesando los viaductos de la nueva autovía haciendo una mezcla del paisaje un tanto curiosa, desfiladero y naturaleza por un lado y la mega estructura y moderna autovía por otro.

Hay que destacar en este punto que los ejércitos Cristianos, al contrario de lo que muchos piensan, no atravesaron el desfiladero para encontrarse con los ejércitos Almohades ya que estos últimos estaban apostados al final del mismo en una zona complicada donde era fácil realizar la emboscada a los Cristianos para que no pudieran llegar más lejos. Así que, aunque recorramos un paraje espectacular hay que tener claro que por aquí, no fue. Más adelante entraremos en detalle.

No tardamos en llegar al antiguo túnel de la nacional IV y un poco más adelante nos encontramos el mirador de los Órganos.

El Mirador de los Órganos de Despeñaperros ofrece una impresionante vista de unas formaciones rocosas únicas y espectaculares. Desde este privilegiado balcón natural, se contempla un paisaje abrupto y agreste, esculpido por la erosión a lo largo de millones de años.

Las rocas aparecen talladas en forma de gigantescos tubos de órgano, alineados vertical y paralelamente, creando un escenario casi surrealista. Esta peculiar configuración geológica, conocida como formación tabular, es el resultado de la alternancia de capas de materiales duros y blandos que han sido desgastados de manera diferencial por los agentes erosivos.

El contraste de colores, que va desde tonos ocres y rojizos hasta grises y negros, junto con las formas caprichosas modeladas por el viento y la lluvia, confieren a este enclave natural un aire mágico y enigmático. Sin duda, el Mirador de los Órganos de Despeñaperros es uno de los espectáculos geológicos más impresionantes y fotogénicos de la geografía española.

El siguiente punto a parar en en la pedanía Venta de Cárdenas. En ella visitamos primero la Iglesia parroquial de la Purísima Concepción, obra que data del siglo XVIII de estilo neoclásico, declarada Monumento Nacional y a la que se llega atravesando un puente medieval que aún se conserva en buenas condiciones sobre el río Magaña.

El recorrido del desfiladero se estaba acabando pero en la misma pedanía y muy cerca de este enclave se encuentra el Restaurante Casa Pepe. Este restaurante es un poco peculiar y en los tiempos que corren, políticamente hablando, dada la ideología y decoración quizás se salga en exceso de lo políticamente correcto. Y no es la temática tan extrema santo de mi devoción pero este es un blog de motos y no de política, y esta última hay que dejarla a un lado para poder hablar de las cosas que nos encontramos en ruta.

Dicho lo cual nos habían dicho que el restaurante es muy famoso y de buen yantar. Aunque ya habíamos desayunado decidimos parar a visitarlo y tomarnos unas cervezas.

Ideología y temática a parte, en cuánto al yantar tenía buena pinta.

Vista la curiosidad tocaba desandar los pasos hasta Santa Elena, donde habíamos dormido esa noche. Allí se encuentra el museo de la Batalla de las Navas de Tolosa. Recomiendo encarecidamente su visita, no sólo por lo interesante y ameno en su forma de contar la historia de la batalla sino porque, además, está situado en un entorno clave que permite, desde su mirador, contemplar perfectamente la zona donde acamparon las tropas Cristianas antes de la batalla y la zona donde estaban apostilladas las tropas Almohades esperando a sus rivales. Mirar el paisaje y comprobar que estás pisando tierra de la batalla y lo que representó dicha batalla para la historia de España es una sensación indescriptible. La entrada apenas costó 4€ con audio guía y hay que parar sí o sí al pasar por esta pedanía.

Un ascensor nos lleva al último piso del museo y a su terraza desde la que se puede observar el campo de batalla. Un cartel informativo nos muestra sobre el paisaje los puntos donde sucedieron los hechos aquél 1212.

La ruta de hoy, en cuánto a visitas turísticas, estaba llegando a su fin. Una vez visto el museo sólo nos quedaba pasar por la pedanía vecina con el mismo nombre de la batalla. Las Navas de Tolosa.

Allí queríamos parar en su iglesia para fotografiarnos sobre su entrada. Templo de estilo colonial del S. XVIII. Consagrado a la Inmaculada Concepción.

La ruta de vuelta sería por autovía y por el mismo trayecto que la de ida. Hasta llegar a la A-92 aún nos quedaban unos kilómetros muy moteros y muy recomendables. Se puede ver en la ruta de wikiloc del principio. Pasamos por el embalse de la Fernandina, el rio Guadalén, y el tramo desde Venta del Barco hasta el embalse del Negratín no tiene desperdicio.

El resto del trayecto hasta casa, inevitablemente tuvimos que hacerlo por autovía, el tiempo disponible no nos daba para más.

Aún así, en los dos días de ruta nos zascamos unos 900km, no está nada mal.

Como extra os dejo un vídeo de la historia de tan épica batalla:

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