Calar Alto, Velefique y Lucainena de las Torres

Calar Alto, Velefique y Lucainena de las Torres

La ruta

A esta ruta, que ya he realizado en alguna que otra ocasión, le faltaba recorrer la pista que va desde el observatorio de Calar Alto hasta el Alto del Velefique que llevaba tiempo oyendo hablar muy bien de ella y aún no había podido hacerla.

El resto de la ruta tiene sus partes buenas y, como siempre, sus partes malas. Hay cosas que me son imposibles evitar cuando quiero salir de ruta y volver el mismo día si los sitios que quiero visitar están donde Cristo perdió las chanclas…..desde mi casa, obviamente, y esos son un montón de kms por autovía que cada vez soporto menos.

En este caso la ruta es de unos 450km saliendo desde Cartagena. Los puntos de interés a visitar/recorrer en ella son:

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Pues nada, lo primero y fundamental antes de cualquier ruta es repostar café y gasolina. Y eso es lo que hicimos en el restaurante Garcerán que, por su buena ubicación, se está convirtiendo prácticamente en el punto de partida de muchas de nuestras rutas.

En este viaje me acompañarían Pedro con su Harley-Davidson Panamericana y Enrique con Kawasaki Versys. 

Café y depósitos llenos nos propusimos tirar dirección Serón. Para ello nos esperaban unos 173km de triste y aburrida autovía que intentamos hacer de un tirón pero con parada por el camino para desayunar en condiciones.

Así pues, nuestra verdadera ruta empezaría en Serón, municipio español situado en la parte occidental de la comarca del Valle del Almanzora, en la provincia de Almería. 

Una recomendación, a unos 30 km aproximadamente antes de Serón está Macael donde se encuentra el mortero más grande del mundo. A nosotros no nos daba tiempo visitarlo pero es recomendable desviarse para echarse la foto.

Una vez en Serón tomamos camino hacia la carretera A-1178, carretera en muy buenas condiciones pero que es la típica que usan los moteros los fines de semana para curvear como locos. A unos pocos kilómetros de coger esta hay un desvío hacia la AL-5406, una carretera con un asfaltado mucho peor, y de un solo carril que, a cambio, te ofrece mejores vistas y más tranquilidad para rodar disfrutando de ellas.

Poblado minero Las Menas

Esta carretera te lleva directamente hasta el poblado minero semiabandonado de Las Menas donde, además, podrás contemplar un viejo puente de hierro que se usaba para transportar el mineral que de ellas se sacaban.

Las Menas Poblado Minero es un antiguo poblado minero enclavado en la Sierra de los Filabres perteneciente al municipio de Serón. En este lugar se extrajo hierro desde finales del siglo XVIII hasta el año 1968.

En todo lo relacionado con la actividad minera llegaron a trabajar hasta unas 2.900 personas; muchas de ellas no vivían en Menas y tenían que desplazarse cada día a pie atravesando la montaña desde localidades como Serón, Alcóntar, o Bacares entre otras.

Observatorio Calar Alto

Nuestro siguiente punto sería visitar el Observatorio de Calar Alto que queda a unos pocos kilómetros de Las Menas. El Observatorio de Calar Alto es el observatorio astronómico más grande del continente europeo. Está situado en Calar Alto, una meseta de 2168 m de altura en la Sierra de Filabres (Almería, España).

La carretera que nos lleva hasta él sigue siendo sinuosa, un placer para nuestras motos.

Estamos en Mayo y la nieve que en invierno inunda por completo estos montes ya ha desaparecido lo que facilita nuestra intención de llegar hasta el Alto de Velefique atravesando una pista de unos 12kms que lleva hasta casi nuestro siguiente destino.

Pista Calar Alto a Velefique

El Alto de Velefique es un puerto de alta montaña de 1.820 metros sobre el nivel del mar, está situado en la Sierra de Los Filabres, en la provincia de Almería, en Andalucía. El puerto dispone del nombre oficial de AL3102 y está completamente asfaltado y en perfectas condiciones.

La pista es fácil de recorrer. Ancha y con un buen firme si tienes la suerte de que no haya llovido. Nosotros nos la encontramos prácticamente seca pese a que eran días en los que había llovido y las pocas zonas encharcadas las pasamos sin dificultad pero estoy convencido de que si está muy embarrada se puede volver complicada. El firme es como con gravilla fina y en algunas zonas la misma se vuelve densa por lo que las ruedas pueden patinar un poco si se carece de experiencia en estos terrenos como es mi caso. 

Aún así, dos llevábamos neumáticos mixtos y la kawa de carretera y las tres motos puedieron hacer la pista perfectamente.

Saliendo de la pista empalmamos con la carretera que viene de Bacares, que es por donde has de venir si no quieres atravesar la pista, dando un rodeo de más del doble de kms.

Alto de Velefique

Apenas 2kms nos separaban del Alto de Velefique dónde hay que hacer una parada obligatoria a echarse la foto en el cartel que da nombre al puerto y que marca su altura, si no fuera porque algunos especímenes moteros no tienen civismo ninguno y les da por poner unas mierdas de pegatinas que nadie lee por el ego de decir que han estado ahí. Bajo mi punto de vista le cortaba las manos a todo tontusio que va pegando las pegatinas. 

Detrás de mi se observa otra pista que no he hecho aún y que debe llegar al pueblo de Senés. Ya tengo una excusa para volver cuando se pueda.

Se estaba haciendo la hora de la comida y había que llenar el buche, para ello teníamos que bajar el puerto de Velefique, al que muchos llaman el Estelvio Español, y llegar hasta Tabenas donde buscaríamos sitio para comer.

La bajada es una pasada de curvas, tras curvas, tras curvas hasta marearte. Un poquito después del cartel de la foto anterior hay un mirador desde el que se puede ver todo el trazado hasta abajo. El mirador de el Pedregal. Mucho cuidado si paras ahí porque no hay aparcamiento suficiente donde dejar la moto y es peligroso pararse en medio en un sitio tan concurrido de moteros.

Llegamos a la hora de la comida a Tabernas y encontramos el restaurante Las Eras junto a la gasolinera BP. No hay fotos pero el sitio mereció la pena. Un menú muy asequible con un montón de primeros a elegir, más otro montón de segundos más el postre y el café. Una locura de comida.

Eso iba a costar digerirlo pero no podíamos perder mucho tiempo porque aún nos quedaban muchos kilómetros para terminar el día.

Lucainena de las Torres

Nuestro siguiente emplazamiento era Lucainena de las Torres y visitar sus Hornos de Calcinación.

Los Hornos de Calcinación de Lucainena de las Torres, suponen uno de los vestigios arquitectónicos más importantes de la época en la que Lucainena de las Torres tuvo una gran relevancia dentro de la economía provincial, al ser un enclave minero muy importante desde el que se suministraba hierro a los Altos Hornos de Vizcaya, en Bilbao, que se evacuaba en ferrocarril a través del embarcadero de Agua Amarga, en Níjar.

Desde Tabernas coges la nacional N-340a. Pasaremos por delante del circuito de velocidad de Almería y a unos 17kms de este nos desviaremos a la derecha dirección al citado pueblo. Los hornos quedan a las afueras del pueblo pero es fácil llegar a ellos y hay un buen aparcamiento para poder perder un ratito en visitarlos. Se pueden visitar a cualquier hora del día, no es un lugar por el que cobren para visitar. Te encontrarás una vez allí los típicos carteles que te explican la historia de los hornos.

Una vez visitados los hornos mi recomendación es que, si te sobra tiempo, visites el pueblo de Lucainena de Las Torres ya que está considerado otro de los pueblos más bonitos de España.

Espectacular pueblo de estampa blanca e inmaculada amenizada por el calor y cercanía que desprenden sus vecinos al hablar con ellos. Nada más entrar en el pueblo llama la atención, sin duda alguna, el exquisito cuidado con el que se mantienen sus calles y fachadas de las casas así como la delicadeza con el que sus vecinos adornan sus viviendas con flores. Flores que pintan la estampa del pueblo con colores vivos como si de un lienzo se tratase e infunden en el ambiente un aroma que hace del paseo por sus calles una experiencia inolvidable. Lucainena de las Torres es sin duda una joya a descubrir.

Ahora tenemos dos opciones si queremos volver a casa. O regresamos nuestros pasos hasta la nacional N-340a y la recorremos hasta Sorbas y continuamos hasta empalmar con la Autovía A7 que nos devolvería a casa o, ya que estábamos, usar una ruta alternativa que para nuestras motos iba a ser toda una delicia. Esta nos lleva hasta el pueblo de Polopos por una carretera, si es que sele puede llamar carretera, que a tramos atraviesa algunos metros de rambla obligatoriamente para el tráfico rodado. Paralela a este trazado se encuentra una vía verde, no transitable por vehículos, muy bien arreglada cuyo trazado a veces pasa por encima de las zonas de rambla que debíamos atravesar con las motos.

Esos tramos lo atraviesan coches por lo que, a pesar de ser pistas, el terreno está más o menos bien y mi consejo es que te puedes meter con la moto sin miedo porque vas a disfrutar los trazados de ramblas. Además en esa zona es frecuente encontrarte cabras montesas merodeando por la rambla. Al menos yo las he visto.

 

En toda esta parte nos habíamos quedado sin baterías en las GoPro por lo que ya no tengo mucho material por lo que lo tengo que ir sacando de Google Maps.

Entre medias del trazado también atravesamos un pequeño túnel excavado a pico y pala.

Una vez llegas a Polopos, un pueblo que poco tiene que ofrecer pues según la wikipedia en 2020 sólo habían 126 habitantes censados, solo queda atravesarlo por la AL-5104 que nos lleva, tras unos 8 kms a empalmar con la autovía A7.

Aquí tuvimos que decidir qué hacer porque el día se nos quedaba corto y en la dirección a la que íbamos el pronóstico daba agua. Lo ideal hubiera sido seguir ruteando por la costa, Mojacar, Carboneras, etc pero es que no nos daba el día para ello, así que de nuevo, y muy a nuestro pesar, nos metimos otra vez en la autovía hasta Vera. A esa altura empezó a chispear y decidimos aligerar cogiendo un pequeño tramo de peaje hasta Águilas. En Águilas el tiempo parecía que iba a dar algo de tregua y decidimos dejar la autovía para recorrer la nacional N-332 que por esa zona es otra de los trazados moteros por excelencia. De allí a Mazarrón y de Mazarrón para casa.

El día ya no daba para más aunque lo habíamos aprovechado al máximo y habíamos disfrutado la ruta que era de lo que se trataba. Y prueba de ello os dejo la guinda final, el vídeo que ilustra el viaje.

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