Maestrazgo y Ruta del Silencio – Etapa 1

Maestrazgo y Ruta del Silencio – Etapa 1

“La primavera la sangre altera” que es un dicho muy popular en España. Y en eso estábamos después de haber recorrido recientemente Cantabria y poco después la ruta de Velfique que, por lo visto, aún no estaba saciado de moto y tenía una propuesta más para hacer este año de las que se te quedan pendiente eternamente por no poder hacerla en un solo día.

Comentándolo con mi amigo Miguel Ángel, compañero incansable de rutas cuyo viaje dejó plasmado en su blog, decidimos darle una oportunidad este año y, tras las consultas pertinentes a la “benemérita”, que ya me estaba quedando sin puntos, con la aprobación en la mano nos pusimos manos a la obra.

The Silent Route

The Silent Route o ruta del silencio es el nombre que recibe la carretera panorámica A-1702. Lejos de lo que aparenta su denominación inglesa, esta espectacular carretera se encuentra en la provincia de Teruel, concretamente entre las comarcas del Maestrazgo y Andorra-Sierra de Arcos.

Desde casa hasta el punto de partida de la ruta tengo unos 450km por lo que es imposible recorrerlos en un solo día, ida y vuelta sin disfrutarla. Así que, dado que tendríamos dos días para pasear con la moto aprovechamos los kilómetros de ida y los de vuelta para recorrer otros tramos de interés.

La ruta

Aquí os dejo el mapa completo de la ruta de ida en Wikiloc para que nos os perdáis ningún detalle.

 

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A pesar de la distancia que nos separan a estos dos moteros, entre Elche y Cartagena, unos 100km aproximadamente, nos es fácil organizarnos para buscar un punto de encuentro en común dónde comenzar las rutas.

Tras llenar el depósito cerca de casa tomé dirección Elche donde estaría esperándome Miguel Ángel. Desde allí decidimos adelantar tiempo por autovía si queríamos visitar con más calma las zonas de interior por lo que, inevitablemente, tendríamos unos 150km de autovía, más los 100km que yo llevaba hasta Elche, hasta dejarla y empezar a disfrutar del trazado.

Pero antes había que desayunar algo y Miguel Ángel me recomendó que parásemos en el restaurante “El Cruce” allá por el desvío de Fuente la Higuera, del que tenía muy buenas referencias y del que nos distaban unos 67km.

Ahora sí, una vez bien desayunado y habiendo dejado la pera de haber madrugado en el bar nos dispusimos a continuar el viaje. Recorrimos nuevamente autovía hasta la altura de Carlet dónde no salimos de esta para adentrarnos en el interior de la provincia por carreteras comarcales que son las que ofrecen las mejores vistas y las que más paz te dan.

Pasamos por por Montroy, Godelleta, Cheste y Liria donde el calor y el mamón del GPS nos jugaron una mala pasada. Había obras a la salida del pueblo y el GPS no estuvo por la labor así que nos empezó a dar vueltas por el pueblo haciéndonos perder un tiempo muy valioso. Tras el agobio y, antes de poder salir, tuvimos que parar en una gasolinera a beber algo fresco para que se nos pasase el sofocón.

Siguiendo la CV-25 atravesamos el Parque Natural de La Sierra Calderona dirección Segorbe. El trazado se estaba poniendo interesante cuando nos encontramos con una prueba ciclista en todo el recorrido. Los pelotones de ciclistas, a su ritmo, en zona de difícil adelantamientos para vehículos de cuatro ruedas, también nos hizo perder algo de tiempo. Al menos la temperatura había bajado un poco y se podía disfrutar el paisaje.

Volvimos a retomar unos pocos kilómetros desde Segorbe a Soneja desde dónde volvimos a coger una comarcal que nos llevaría hasta la Sierra del Espadán, otro parque natural protegido de espectacular belleza.

La Sierra de Espadán se encuentra en una de las provincias más montañosas de España, en la provincia de Castellón. 

Se trata de uno de los mayores bosques de la Comunidad Valenciana, situado muy cerca del mar Mediterráneo. En este ecosistema habita una amplia variedad de flora y fauna autóctona. Sus alcornoques, también llamados por los locales “sureres”, son los que mayor fama dan a este paraje natural. Sus bosques son sobrevolados por una gran comunidad de varias especies de águilas, y sus habitantes más destacados son los zorros, las ginetas, los jabalíes y los tejones. 

Llegamos al mirador del Puerto de la Eslida e hicimos una pequeña parada para contemplar el paisaje.

El siguiente punto interesante era uno que Miguel Ángel llevaba tiempo queriendo visitar y se trata de una de las pocas curvas de lazo, o de 360º, que existen en España. Muy cerca de Ahín se encuentra esta que, adentrándose en la montaña, forma un círculo perfecto. Curiosa cuánto menos. Es la primera vez que me encuentro una de estas.

Continuamos nuestro camino y ahora visitaríamos Fanzara, a la que además llegaríamos a la hora de comer. Fanzara tiene lo que ahora les ha dado a muchos pueblos para atraer turistas, que es pintar o decorar sus fachadas con arte urbano, además de excelente calidad.

Con más de un centenar de obras, Fanzara se ha convertido en uno de los mayores museos al aire libre del mundo, puesto que son las propias calles del pueblo el lugar de expresión de los artistas. Su crecimiento va en aumento cada año gracias a la cita anual del MIAU -Museo Inacabado de Arte Urbano- que se celebra cada mes de julio en la población. La BBC lo mencionó como “parte del circuito internacional de acontecimientos de arte urbano”.

Texto extraído de este link

Aquí dejo otro link donde alguien se dedicó a fotografiar todos los grafitis del pueblo. Impresionante, no me cabe duda. Como para perder un día en el pueblo, tiempo que no teníamos.

Comimos en un restaurante de la carretera principal, en pleno centro. En el Bar d’Abajo, como siempre que te adentras en los pueblos, a un precio asequible y bien servidos.

Continuamos rodando por la CV-194 por unos parajes de encanto serpenteando sobre el río Mijares y el luego el Río Villahermosa que nos dejarían algunas estampas tan bonitas a su paso como estas.

Río Villahermosa y al fondo el pueblo de Argelita

La comida o la digestión, o lo que fuese, estaba empezando a hacer sus efectos, el calor no ayudaba, el camino era cojonudo para disfrutarlo lleno de curvas y frondosa vegetación pero mi estómago decidió que no estaba por la labor de dejarme hacerlo. Por momentos me empecé a sentir mal. Ese malestar con retortijones que te da el día. No me quedó más remedio que adelantar a Miguel Ángel y en el primer sitio dónde se pudo parar salirnos unos minutos de la carretera a ver conseguía que se me pasase un poco. Esto nos trajo una foto tan chula como esta.

Estábamos ya muy cerca de Puertomingalvo, otro de esos pueblos catalogados como uno de los pueblos más bonitos de España. Ya estábamos en la serranía del Maestrazgo.

Pintoresco pueblo medieval, ubicado en un precioso entorno natural. Un sitio muy tranquilo ideal para relajarse.

Cuenta con un Castillo del S.XI, una Iglesia Barroca del S.XVIII y el Ayuntamiento del S.XIV, además de que sus casas que mantienen de manera uniforme el estilo medieval.

El pueblo, tiene estrechas calles repletas de edificios con arquitectura popular, además de sus bares, cuenta con variedad de senderos, merenderos y mucho mas!

www.lospueblosmasbonitosdeespana.org

Antes de llegar al pueblo nos encontramos con un mirador que daba al lado opuesto al mismo que nos ofrecía una panorámica interesante de la zona que veníamos recorriendo.

Mirador cercano a Puertomingalvo

Llegando al pueblo sacamos la GoPro y decidimos darle la vuelta con las motos para contemplar este legado histórico. Por desgracia no teníamos tiempo para haber paseado tranquilamente por sus calles. Si llegas al final del artículo, y te recomiendo que no hagas trampa y te saltes el resto de lo que queda, que ya es poco, verás un vídeo completo de los dos días y de lo interesante de este pueblo.

Había que continuar el camino y el tiempo empezaba a vaticinar agua, y no falló, poco más adelante de Puertomingalvo, llegando a Mosqueruela, una nube dijo lo de “agua va….” y a tiempo llegamos de parar frente a un bar y refugiarnos en su terraza un rato hasta que parase, que por suerte fue enseguida. Esto también ayudó a reponer líquidos que, tras el mal trago de los kilómetros anteriores, se estaba convirtiendo en una necesidad imperiosa.

Ya sólo nos quedaban unos 62km para llegar a nuestro punto de destino de esta jornada. En los pueblos cercanos a la ruta del día siguiente los alojamientos estaban complicados de pillar y caros, así que decidimos desviarnos unos pocos kilómetros hasta Portell de Morella dónde encontramos un alojamiento con muy buena pinta y a buen precio. 

Pero no nos adelantemos a los hechos.

Una vez paró de llover volvimos a continuar el camino, esta vez nos quedaba pasar por Inglesuela del Cid y entre este y Mosqueruela nos encontramos con la Virgen de la Estrella. Pedazo de monumento a la entrada de una carretera estrecha que lleva al pueblo semi abandonado de mismo nombre que la virgen. Nosotros paramos junto a la estatura para echar unas fotos.

Explanada junto a la virgen.

Ya estaba todo el pescado vendido. Nos quedaba llegar a Portell de Morella y descansar ya que el día había sido largo y muy bien aprovechado. El pueblo, con cuatro calles contadas, estaba casi vacío. El Hostal Portel de Morella estaba muy bien y nos atendieron mejor aún. Para las motos nos abrieron un enorme garaje que tenían enfrente y allí durmieron con la conciencia tranquila de haber cumplido, una vez más, con el cometido de hacer disfrutar de ellas a estos moteros.

Una ducha tras el viaje te deja como nuevo. Bajamos a la terraza de la puerta para tomar unas cervezas mientras se hacía la hora de la cena. Esa noche había fútbol y mientras tomábamos las cervezas las terraza se fue llenando de paisanos. Luego cena y a dormir que para el día siguiente habíamos reservado el plato fuerte, The Silent Route nos estaba esperando como agua de mayo, o quizás al revés estaría mejor dicho, estábamos esperando como agua de mayo poder recorrer The Silent Route.

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