De vuelta por la Sierra de Alcaraz y la Sierra del Segura

De vuelta por la Sierra de Alcaraz y la Sierra del Segura

Ni un mes ha pasado desde que hice esta ruta con Pedro, tal y como os contaba en la entrada anterior sobre la ruta circular por la Sierra de Alcaraz y la Sierra del Segura, pero es que nos quedaron cosas por ver y además en el viaje anterior no pudieron acompañarnos ni Enrique, que se quedó con muchas ganas de hacerla, ni Miguel Ángel que, al igual que yo, tenía muchas ganas de visitar la aldea abandonada de Alcadima, cerca de Ayna, que habíamos visto por las redes sociales de otro conocido motero rutero, Diego DC por lo que lo llamé por si se animaba a acompañarnos.

Miguel Ángel también me contó que en Ayna se había rodado la película “Amanece que no es poco“, de Jose Luis Cuerda, y de ahí la Vespa del mirador y que además el pueblo conservaba algunos de los escenarios de dicha película que, por lo visto, es un referente en el cine español. Aclaro que a la vuelta intenté ver la película, y que me perdonen los cinéfilos, pero a los diez minutos tuve que quitarla porque me parece un bodrio. Se ve que no termino de encajar el humor absurdo que contiene. 

No obstante, eso a posteriori tampoco será una excusa para volver a visitar el sitio y los escenarios que, película aparte, merece muchísimo la pena.

La ruta

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Pedro, Enrique y un servidor quedamos en la Venta Garcerán que tanto sale en mis artículos. Café y gasolina para nuestras monturas y tiramos autovía camino a la Venta del Olivo donde habíamos quedado con Miguel Ángel.

La venta es de esas de las de toda la vida, situada en la nacional que iba a Madrid. Hace años que está cerrada y en ruinas el edificio pero sigue siendo un punto de referencia para quedar a la hora de realizar rutas por la zona.

Mirador de Amílcar Barca

Comenzamos la ruta dirección Calasparra, Tazona y Socovos, y escasos 2 km de Elche de la Sierra paramos en un punto interesante. El mirador y área recreativa de Amilcar Barca que en la vida me hubiera imaginado que estuviera allí con lo relevante que fue este General Cartaginés para nuestra querida Cartagena. Se cree que por esta zona pudo tener lugar la batalla que le costó la vida al general Cartaginés Amílcar Barca, padre del gran Aníbal Barca.

Eran las 10:00 de la mañana por lo que iba siendo buena hora para almorzar. Llegamos en un momento a Elche de la Sierra y en el primer bar que vimos abierto paramos a reponer fuerzas. Como siempre en zonas de interior a un precio muy bueno.

Desde aquí tiramos dirección a Ayna por la CM-3203 que si bien tiene sus primeros kilómetros un poco sosos según nos acercamos a la zona de Ayna empieza el trazado a ponerse muy interesante, más lleno de vegetación.

Mirador del Infierno

Tras unas cuántas curvas llegas al Mirador del Infierno. Ojo aquí para parar porque el mirador queda en plena curva y puede ser un poco complicado aunque haya sitio para las motos.

Suspendido en la pared vertical junto a la carretera CM-3203 que viene desde Elche de la Sierra hacia Ayna, brinda unas vistas espectaculares de los cañones del río Mundo y el pueblo de Royo Adrea. Paisaje natural encajonado en paredes verticales de roca y laderas con fuerte pendiente. 

A escasos 4 kms del mirador y antes de llegar al pueblo nos debemos desviar por un pequeño camino a la derecha. Ahorra recorreríamos el estrecho y casi sin asfaltar trazado con el pueblo a la izquierda y el Río Mundo pisándonos los pies a la derecha.

Amanece, que no es poco

El hecho de meternos por ahí, a parte de por circular pegados al río que ya de por sí es maravilloso, es porque en ese tramo nos encontramos con un par de decorados de la película que mencionaba al principio, lo que daba lugar a parar y echar unas fotitos.

Alcadima

Tras el reportaje de la película nos dirigimos, aún con el río a nuestra vera, hasta el final del camino que nos llevaría a callejear un poco por algunas calles muy empinadas y reviradas hasta encontrar el camino que debía llevarnos hasta la aldea de Alcadima. 

El camino hasta la aldea empieza a convertirse en pista a ratos, medio parcheado con cemento a otros, pero casi todo es pista, ya poco queda de asfalto excepto algún apaño por derrumbe. Mientras circulas por la pista el paisaje te va embriagando con la ladera del Molar enfrente y el cañón del Río Mundo abajo.

La aldea es preciosa y fotogénica, situada en el estrechamiento de un minúsculo valle por donde discurre el rio Mundo. Caserío apiñado, con rincones de gran belleza, muy bien conservado, formado por trece viviendas en las que predomina el yeso como material de construcción.
Contaron con luz eléctrica desde hace muchos años proveniente de la cercana central eléctrica de Hijar.
Al estar a orilla del río casi toda su agricultura era de regadío. Así sus tierras estaban sembradas de tomates, pimientos, patatas, habas, olivos, granados, higueras, etc.

Vista la aldea retomamos el camino hasta Ayna de nuevo. Desde allí ascenderíamos hasta el mirador de la Vespa con Sidecar, reliquia también en recuerdo a la película y zona obligatoria donde echarse otra foto.

Cascada del Batán

Nuestra siguiente visita sería la Cascada del Batán, en Bogarra. El asfalto y las curvas en ese tramo se dejan querer. Para encontrar la cascada debemos entrar al pueblo por la entrada situada más al oeste. Esta nos lleva hasta el cementerio del pueblo, y ahí mismo hay un desvío a la derecha que nos llevará por una pista en buen estado hasta el área recreativa de la cascada. En ella hay un restaurante donde nos hubiera gustado comer pero no había mesa, y también gran afluencia de gente dado que la zona es preciosa para visitarla. 

Nosotros vimos la cascada mencionada pero si sigues el sendero más arriba te encuentras alguna más, e incluso en la dirección contraria, si sigues la corriente del río, te encuentras un sendero a su vera que te lleva hasta el pueblo pero el tiempo no nos daba para más e íbamos teniendo hambre.

Tocaba buscar comida y saliendo de la cascada, a unos pocos kilómetros, llegamos al Restaurante Hostal La Atalaya dónde por poco tampoco pillamos sitio. Tuvimos suerte y una mesa libre nos dio para tomar un menú muy completo por 15€.

Por el puerto de las Crucetillas

Buches llenos tocaba hacer un esfuerzo. Nuestro siguiente tramo nos llevaría hasta Batan del Puerto y de aquí por el “Puerto de la Crucetillas” a Riopar Viejo. 

Como ya comenté en el artículo anterior, cuando pasamos entonces, el asfalto estaba recién echado….aún se olía. En esta ocasión estaba listo para probarlo en condiciones y Pedro y yo nos lanzamos ante los hechos a curvear un rato a la vez que disfrutábamos del paisaje. Cuando nos dimos cuenta nos habíamos pasado del cartel del puerto de la Crucetillas donde Miguel Ángel quería echarse una foto. 

Inauguración de los arreglos en la carretera AB-516 realizados por la Diputación de Albacete y el Gobierno de España

Después de la “bronca” que me echó se que no me queda otra que volver por la zona para la foto. Ahora yo también quiero la mía.

Riópar Viejo

Llegamos a Riópar Viejo, paramos un ratito a contemplar el pueblo que prácticamente se ha convertido en un complejo turístico. Las cuatro casas muy antiguas que hay las están reconstruyendo enteras para hacer de ellas turismo rural. Aunque está bonito, está perdiendo su encanto.

Echamos unas fotos desde el mirador que apunta a Riópar (el nuevo) y alguna más de postureo por la forma en la que aparcamos las motos.

Puente de la Vicaría

Ya emprendíamos la vuelta pero decidimos dar un pequeño rodeo para disfrutar un poco más de la zona. Nos desviamos para Yeste y de ahí hacia el embalse de La Fuensanta para terminar cruzando el Puente de la Vicaría. El puente tiene una longitud de 260 m, 11 m de ancho y se eleva a 40 m del río.

Inaugurado en 2007 y tras 75 años permitió recuperar la conexión por carretera entre Yeste y Letur. La vieja carretera había dejado de funcionar en 1932 con la construcción del Embalse de la Fuensanta, entorno en el que las aguas del Tus se unen a las del río Segura.

Desde aquí cruzamos hasta Letur que, por lo visto, también estaba la carretera recién arreglada, y de Letur a la Venta del Olivo dónde nos despediríamos de Miguel Ángel que tomaría otro camino para llegar a casa distinto al nuestro.

Al llegar a casa prácticamente me salían unos 500km de ruta, todos muy bien aprovechados y disfrutados.

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